Pocos combos de música popular se pueden
asociar tanto a la estación veraniega como los Beach Boys, aunque ellos
abogaban por un Endless Summer y su música suele ser un regalo para los oídos
en cualquier momento del año, y qué mejor excusa para recuperar una de sus obras, quizá no tan conocida como otras, que la celebración de su edición en 1967 con un estupendo artefacto sonoro.
El grupo pasaba por un momento peculiar
durante el Verano del Amor, del que estamos conmemorando el cincuenta
aniversario. Habiendo superado su etapa de hits de música surf y de canciones
sobre hot rods, guiados por Brian Wilson se habían convertido en precursores de
un pop elaborado y excelso, y su Good Vibrations fue una de las primeras
incursiones psicodélicas.
Pero tras el descalabro de SMiLE, la
inmersión de Brian Wilson en sus problemas mentales y su no participación en el Monterey Pop Festival en el que sin duda merecían figurar como cabezas de cartel, el futuro era incierto (más detalles sobre ésta etapa del grupo y toda su apasionante historia se pueden encontrar en Bendita Locura, la excelente biografía escrita por José Ángel González Balsa).
Aunque su estatus de innovadores del pop nunca se recuperó la banda superó el
trance a base de incansable trabajo en directo y nuevos discos, con dos elepés
editados en 1967, SMILEY SMILE y el que nos ocupa, WILD HONEY, cuyo aniversario
se celebra con una exquisita edición en CD doble con las once canciones
originales mezcladas en estéreo y acompañadas por descartes de las sesiones de
grabación y numerosas grabaciones en directo del período titulado para la ocasión
1967: SUNSHINE TOMORROW (Capitol Records, 2017).
Con el hermano pequeño de los Wilson,
Carl, tomando las riendas en estudio los Beach Boys recuperaron un sonido más
básico y elemental para canciones pop más directas, convencionales respecto a
sus lanzamientos previos, pero refrescantes y adictivas, con hits como Darlin’ y Wild Honey,
infecciosa con sus líneas de theremin que la emparentan con Good Vibrations, y acompañadas por otras nueve composiciones sobre todo de Brian Wilson y
Mike Love que recuperan tanto elementos más experimentales de las sesiones de
SMiLE (Country Air, Let the Wind Blow) como trallazos de pop con incluso alguna
inflexión soul (I Was Made To Love Her, How She Boogalooed It) y perfección pop
(Aren’t You Glad, I’d Love Just Once to See You, Here Comes the Night) con el
característico y único sonido del piano y la percusión lograda por el grupo en
estudio.
Otro artefacto sonoro que viene a
conmemorar este año clave en la música popular y que supone una banda sonora
perfecta para el verano tanto para fans de los Beach Boys como para neófitos
que quieran sorprenderse con una faceta que no conocían del sexteto. Y una
ocasión estupenda para hacerse con una copia de 1967: SUNSHINE TOMORROW y
visitar uno de esos cada vez más escasos reductos -las tiendas de discos- repletos de viejos amigos que
nunca fallan, los discos.
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